Nos lo vendieron 4h ir 4h volver y mucho que ver, nada más lejos de la realidad, 4h de bus, 2h en la frontera, y nos cambiaron a otro bus chileno que nos llevó hasta el parque natural Torres del Paine. Allí nos cobraron 30 euros por la entrada y otra vez al autobus, esta vez nos dimos cuenta de la encerrona cuando apareció la guía con micrófono en mano explícándonos lo que podíamos ver si la niebla no estuviese allí. Supongo que este viaje en el bus es lo más parecido que he hecho a un viaje del inserso. A pesar de todo, con las risas que nos echamos y los icebergs azules que vimos ya valió la pena.
El encanto del pueblo, su cerveza casera, algún que otro tio bueno y los recorridos que te permiten disfrutar de estos montes desde todos sus puntos de vista hicieron que le dedicamos la mayor parte del tiempo a esta parte del viaje. Eso sí en cuanto aparecieron las nubes y el viento glaciar....cambiamos de rumbo.
Si el tiempo te acompaña uno de los sitios más bonitos para andar, para ver grandes paredes de granito, glaciares, lagos y riachuelos de deshielo es como decía un lugareño "echatén". Desde esta laguna se ven los tres picos, de ahí su nombre, y si nos sabes escalar posiblemente sea el lugar mas cercano al que puedas llegar.
Amanecer o atardecer? Eran las 5 de la mañana, un frío patagónico, cámara en mano y castañeteando los dientes.....mereció la pena. Será por estos colores que le llaman la tierra de fuego? De izqda. a dcha. los picos iluminados son el Cerro Torre, el Poincenot y el Fitz Roy.
La expedición cuatro puntos cardinales formada por los individuos de la foto: Itxi alias yo quiero ver Iguazú, Amaia alias dónde están mis ballenas, Geno ...y eso es un glaciar!, y yo, Gorka enamorado del Fitz Roy. Y así uniendo nuestros deseos salió este viaje.
El aire frio y esa muralla infranqueable nos hacían sospechar que no podía quedar mucho para llegara a "El Chaltén", el pueblito más joven de toda la Argentina, la cuna del trekking como dicen algunos...
Tras 24h en posición "butaca reclinable" al fin llegamos a "El Calafate", un pueblo patagónico que da acceso al parque nacional del Perito Moreno. En este pueblo suceden cosas raras , te siguen los perros como si te conociesen de toda la vida, esperándote fuera de la lavandería, del cajero... o de repente gritan tu nombre desde el otro lado de la calle y aparece tu primo que hacía 5 años que no le ves.
Si la foca esta bostezando imagínate nosotros viendo detrás de una barandilla a 200 metros moles más grandes que las de la foto que con suerte cada media hora movían una aleta. Gracias al zoom de la cámara descubrimos que lo que parecían piedras eran leones, elefantes....o yo que sé que marino.
Como el avistaje de las ballenas desde la orilla del mar se nos hacía escaso ya que las colas se veían como si fueran atunes, decidimos contratar el típico tour en lancha para verlas más de cerca y las vimos muy cerca, a dos metros!! Aunque no tenían el día para hacer acrobacias nos regalaron este resoplo en forma de corazón.
Caminando por la pasarela tras las coloridas borboletas (mariposas) aparecieron ante nuestros ojos las impresionantes cataratas , la lluvia caída días atras había arrasado una parte de las pasarelas,no pudimos ver la famosa garganta del diablo pero fue impresionante ver el humo de agua que se formaba por la cantidad de agua que caía.
Tras tres días de calor tropical volamos en busca de las ballenas.
Aunque me dé la espalda de cemento, me mire transcurrir indiferente, es ésta mi ciudad, ésta es mi gente... y es el lugar donde a morir, me siento. ¡Buenos Aires!... Para el alma mía no habrá geografía mejor que el paisaje... ...de tus calles, donde día a día me gasto los miedos, las suelas y el traje... (Eladia Blázquez)